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Mostrando entradas de abril, 2009

DE MADRUGADA.

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Me has conocido en el hoyo del abismo; me has llamado con la mente… error, he buscado tu voz en tu mente; pero nunca he tenido la suerte de tenerte. Todo me he tomado por ti; hasta las lágrimas de un perdedor, las de mi derrota, las de mi odio; nunca más vuelvo a mojarme. Sueño con las brisas del amor; un amor de amanecida, de madrugada, un amor que se pierde en el silencio; un amor que sí sabe amanecer lento. He perdido las ganas de buscarte; mis números ya no son pares, la cuenta regresiva ya empezó; y mis besos ya no tienen sabor. Cuéntame la historia del fastidio; cuéntame el cuento del olvido, cuéntame la novela de tu sonrisa; cuéntame la fabula, sin prisa. Me has conocido en el hoyo del abismo; me has llamado con la mente… error, he buscado tu voz en tu mente; pero nunca he tenido la suerte de perderte.

PAZ EN MI CORAZÓN.

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Saber que te he perdido para siempre, es perder mil veces; pero sé que algún día podré mirarte otra vez a los ojos; entonces, ya habré ganado mil veces. Yo tan lejos de ti, de tu mirada, no puedo sentirme vivo; mas, tengo mucha fe de encontrar tus pasos, tus huellas y guiarme hasta encontrar la verdad, una sola verdad. Una verdad que ya no entienda de mentiras, sólo de esperanzas, porque sigo aquí, sentado esperándote y los días otra vez me dicen que he perdido mil veces... Y tu sonrisa me despierta con la brisa de la mañana y otra vez me dice que he ganado mil veces... Paz en mi corazón.

UN PROFESOR GORDO Y FLOJO.

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Estoy gordo. Dicen que, al estar así, se me ve muy bien. No lo creo. Bueno, por lo menos no me doy cuenta; salvo, de mi sobrepeso y de las renegadas ganas que tengo de caminar un par de cuadras producto de mi flojera. Y todo porque ya estoy gordo. Ya tengo treinta y dos años y seis meses más; y mis canas, a lo lejos, ya se empiezan a notar de una manera llamativa y desalineada. Ya no hago ejercicios para estar fibroso ó algo que se le parezca. Cada vez que quiero levantar algo pesado (valga el termino), le pido ayuda a mi cuñado, y si no está él en casa, salgo a la calle a intersectar a cualquier chibolo para que me ayude. Claro está, con propina incluida. Los sábados y los domingos me la paso viendo televisión, no sin antes, estar en la computadora por horas. El único ejercicio que hago es empinar el codo, el brazo y el vaso, en cualquier lugar donde se pueda tomar (chelear) tranquilo y sin que nadie te moleste. A mí me gusta mucho la cerveza y a mis amigos y amigas también. Vaya eje...