HAZ EL BIEN SIN MIRAR A QUIÉN.

No hay nada más gratificante que hacer el bien. Hacer el bien de las dos formas, me explico: hacer el bien porque te nace hacerlo, eso creo yo es lo más importante; y, hacer el bien porque le quieres dar el gusto a alguien o hacerlo porque simple y llanamente quieres que te miren como una persona caritativa y/o bondadosa. Claro está, hacer el bien de acuerdo a nuestras posibilidades. Esas dos formas para mí valen. Valen, siempre y cuando no lo hagamos con “síntomas” de humillación. Jactándonos, por ejemplo, que tenemos mucha plata y le damos algo de dinero al que no tiene. Ya sea en cualquier circunstancia de la vida, generalizando en todos los sentidos reales y sublimes. Entonces, está allí la tarea pendiente en resolver, si realmente, hacemos el bien porque nos nace hacerlo o porque que queremos “urgente” la aprobación de los demás, y, ojalá no fuera el caso, porque nos queremos jactar que tenemos la varita de la humillación. ¡Ojo! yo también juego eh, porque a veces mis posibilidade...