LAS MALETAS EN MI CASA.

UN HOMBRE DE BUENA FE. LAS MALETAS EN MI CASA. Isabella, lloró mucho cuando se enteró de la verdad. Me abandonó. Aunque no vivíamos juntos, pero terminó conmigo en un dos por tres y se fue a vivir a otra parte. Yo le dije la verdad. Fui honesto con ella. Bueno, no se lo dije en su momento, o sea, no se lo dije en el medio de nuestra corta relación, sino, ya cuando Isabella miró las maletas de Mar en mi casa. Tengo que reconocer que esa “honestidad” fue más una traición que una digna sinceridad de mi parte. Isabella lloró mucho, y al decir verdad, yo también lloré por ella, porque Isabella no se merecía esta traición por parte mía o, para salir del paso, por parte del destino o, para no tener sangre en la cara, por parte de Mar. En fin. -¿No entiendo Iván, qué pasó?... -Yo tampoco lo sé… -¿Por qué no me dijiste que en tu vida hay otra mujer?... -Porque pensé que Mar nunca iba a regresar… -Pero te das cuenta Iván, ella está aquí… -Yo también estoy sacado de cuadro… -Nunca...