5 DE DICIEMBRE.

Regálame una foto para colgarla en mi proyector de pantalla. Ya sea en mi portátil que está en casa o en la PC de mi oficina. Quiero llegar a la oficina y cada vez que prenda mi ordenador y digite mi clave secreta, quiero que tu bello rostro aparezca frente a mí y que me ilumine todas mis mañanas, a pesar que ya el verano nos acaricia con su luz cegadora, pero igual, la luz en mis ojos no aparece si no estas tú, ya sea en una foto o en mis pensamientos. También regálame tu enojo cuando leas esta carta. Porque así sabré que estás viva hacia mí. También regálame tu desprecio y tu indiferencia, que según tú, es la fórmula perfecta para que yo me canse de ti y te deje de molestar. ¡Difícil!, ¿y sabes por qué?... Porque los locos como yo no tenemos memoria ni sabemos de prejuicios ni indiferencias y desprecios. Somos los humanos más felices del mundo, con nuestras ideas, con nuestras contradicciones, con nuestras lágrimas, con nuestras derrotas, con nuestras alegrías y con todo al revés y a...