CAPÍTULO 2

INOCENCIA Y TERNURA AZUL. 2 -¡Santiago!, ¡Santiago! ¡Santiago, hijo!, ya está listo tu desayuno, mi vida... Así siempre me llamaba mi madre Liz todas las mañanas. Y yo ya estaba vestido con el mandil puesto encima de mi ropa limpia, y mi nombre bordado en el lado derecho de dicho mandil. -Otra vez leche mamá... No me gusta la leche... De verdad amigos, nunca me gustó la leche, en fin, era para mi bien. -Sí Santiago, amor tienes que tomar tu leche o quieres quedarte con ese tamaño para toda tu vida jajajaja. -No mamá, yo voy a ser muy alto como papá... -Bien dicho mi vida, eres tan igual a tu padre... -¿Mamá, por qué papá no sale de ese cuarto tan oscuro...? -No mi vida, tu papá está trabajando... No molestar a papá, ya mi vida. -Ya mamá... ¿Y ahora también me va a llevar al nido la señora Vilma? -Sí hijo, ¿Qué?, ¿No te gusta que te lleve la señora Vilma, amor...? -No es eso, sí me gusta mamá, pero, prefiero que tú me lleves... -Jajajaja mi pequeño, está bien Santiago, quedemos en algo ...