CELULAR LADRILLO
CELULAR LADRILLO
Tengo un celular moderno. Me lo compré hace poco. Me lo compré ayer y hoy me han contado que ha salido el nuevo modelo del mismo celular que me he comprado ayer. Entonces mi nuevo celular que me he comprado ayer ya pasó a segundo plano. Hace años tuve un celular ladrillo. Para mí fue el mejor. No recuerdo cuántas veces se me ha caído, pero ahí estaba siempre, siempre fuerte, siempre presto para las citas. Siempre listo para la acción. Aunque no se podía tomar fotos, ni mucho menos escuchar las canciones que tanto te gustan; al menos quedaba la euforia de tener un celular ladrillo que no todos los podían tener. Mi celular ladrillo me daba la seguridad de “lucirme” por un buen tiempo y no tener la necesidad de cambiar al día siguiente otro equipo porque el que te compraste ayer ya pasó, hace un par de horas, a la historia.
Recordemos entonces, aquel celular ladrillo, compañero confidencial, eterno cómplice de historietas, cirujano de tu silencio y modesto receptor de llamadas, algunas reconfortantes, otras agobiantes, muchas generosas, otras ya están en el olvido. Celular ladrillo, donde quieras que te encuentres, GRACIAS por tu pasada compañía.
-Sí, ese señor, ese celular quiero, el que hace llamadas al planeta Marte…
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias.