MÁS DE LO MISMO

UN HOMBRE DE BUENA FE.

MÁS DE LO MISMO
José está enamorado de Celinda. No lo puede evitar, cada vez que la mira, sus ojos caen en amor con luces de navidades pasadas. José, me pide consejos para conquistar a Celinda, dice él que me ha visto cara de saber un poco más de eso, yo le dije y le sigo diciendo: “a qué palo te arrimas hijo, a qué palo…”. José, se ha leído todas las historias de mi blog y, según Él, todos esos artículos han sido su inspiración para enamorarse más de Celinda. Es por eso que José siempre me pide consejos o al menos se desahoga al hablar de su musa celestial, o sea, de la bella Celinda. José y Celinda trabajan conmigo en el Periódico el Mercadeo. José, es el que se encarga de la sección de los casos policiales, robos, delincuencias, en fin… y Celinda, de la sección Política, Ministros, Presidentes, en fin… ambos sin querer queriendo y queriendo sin querer, en un momento dado del día, tienen que consolidar información o ponerse de acuerdo para no patinar a la hora de escribir y, por ende de, publicar. Celinda, tiene enamorado, y se nota que lo ama a morir, todos los días su enamorado la recoge al trabajo. Parece que ya están a punto de casarse y seguro mi nombre estará en el parte de matrimonio y, para colmo de males, también el nombre de José. Vaya situación bochornosa y embarazosa, en fin. José, no pierde las esperanzas, y se aferra a un sentimiento futurista, prácticamente lejano y prácticamente imposible por parte de Celinda. Al menos Él tiene la esperanza de que algún día Celinda le corresponda, en cambio yo, a estas alturas del partido, ya lo mío con Mar, no tiene presente, ni futuro, mucho menos, esperanza, en fin.
Todos los días José llega temprano al trabajo. Lo hace porque Celinda también llega al trabajo muy temprano. Me cuerdo que cuando le tocó vacaciones a Celinda, José llegaba muy tarde al trabajo, llegaba como si fuera el jefe del periódico o como estudiante vago de un colegio estatal. Las horas de refrigerio las paso con José. Él trae su fiambre y yo almuerzo cualquier cosa que la cafetería haya hecho. Tenemos una hora para almorzar, reposar y conversar, más, para conversar que otra cosa, otra cosa y más cosas, en fin…

-Hoy Celinda ha venido más bonita que otros días…
-Yo la veo igual, José. Siempre linda.
-No pues Iván… me refiero que hoy se ha pintado las uñas de otro color.
-Vaya hombre, usted sí que analiza a las mujeres sin que se le escape ningún detalle…
-Sólo a ella, Iván… Sólo a ella.
-Qué pena amigo. De verdad José, veo que amas a Celinda como a nadie en el mundo.
-No sabes Iván. Mataría por besarla, protegerla, mimarla y amarla.
-No lo dudo. Pero de verdad te digo amigo, con el corazón abierto y en la mano, que ya todo es inútil… por lo que he escuchado Celinda se va a casar muy pronto, no pasa de este año…
-Sí, lo sé… no hace falta que me lo digas… pero yo no pierdo las esperanzas, nunca las perderé, sólo hasta que no la vea casada…
-Te envidio José, créeme que te envidio…
-¿Me envidias?...
-Sí amigo… ya quisiera tener tú fe, tus esperanzas, en fin…
-Ah, lo dices por, Mar… ¡Idiota!... sabes que yo me muero por un imposible, que me aferro a la nada y a pesar de eso tengo la fe de ver entre mis brazos a Celinda amándola para toda la vida; en cambio tú, ya has estado con Mar, se han amado, y a pesar de eso, no luchas por lo que sientes, por favor, amigo… por favor… en este momento yo estuviera en Venezuela buscando a la bella Mar.
-No están fácil como parece… yo no puedo hacer eso, José. Yo no puedo hacer eso.
-Vamos amigo, qué importancia tiene un papel, donde te dice que no la busques que esperes hasta que ella se de cuenta que te ama… por favor. No sabes que las mujeres cuando dicen, No, es Sí…
-Vaya José, menos mal que no sabes nada de mujeres, ah… menos mal, ah.
-Y es la verdad, yo no sé nada de amores. Sólo que me sorprendo cuando te veo hablar así, muy a sabiendas que tienes la felicidad a la vuelta de la esquina.
-¿Quién sabe, José?... seguro Mar ha vuelto con su esposo, o quizás ya tenga otra paraje…
-Pero cómo lo sabes, si no sabes nada de ella…
-Por eso mismo. Le he escrito un millón de correos electrónicos, y no he recibido ninguna respuesta.
-Pero Iván, el amor no es de correos electrónicos, cartas, frases, pensamientos, en fin… el amor es otra cosa, el amor real es entre dos personal, consiste en lo presencial de dos personas, es por eso que te digo y te lo vuelvo a decir, haz ese viaje, viaja a Venezuela, qué puedes perder… ya nada, si sabes, según tú, que Mar no te quiere, entonces compruébalo tú mismo…
-Créeme que no es tan fácil, José…
-Lo dices por Isabella…
-No… aunque hay algo de eso.
-¿No me digas que te acostaste con Isa?...
-Sí… me acosté con ella.
-Mira lo que me entero… no pues, Iván, así no es.
-Ya se me es muy difícil salir con una mujer y no hacerle nada… pero lo intenté, créeme que lo intenté…
-Pero tú no amas a Isabella… eso está claro.
-Sí, yo no amo a Isabella; pero Isabella es el presente y no una ilusión que tiene por nombre, Mar y por destino, Venezuela…
-¿Y ella te quiere?...
-Eso me dice ella, que me quiere, que soy diferente a los demás… ¡Qué carajo me ven las mujeres para decirme que soy diferente a los demás… acaso soy un extraterrestre, un sobrenatural, un superdotado, la tengo larga… en fin, mierda!... yo soy un hombre normal, con defectos y con muy pocas virtudes…
-Suave, te van a escuchar… tranquilízate hombre… no es para tanto…
-Discúlpame, José… en fin.
-No te preocupes. Ya pasó… ¿Iván, te has puesto a pensar que pasaría si es que Mar regresa y tú sigues en amores con Isabella?...
-Puta madre, me muero tío… lamentablemente le tengo que decir a Isabella que lo nuestro ya no va más, que fue lindo, en fin, tú ya sabes, ¿no?...
-Puta, que fea cagada, tío.
-Pero que quieres que haga… que a Mar la deje ir así como así… sabes muy bien que es el amor de mi vida…
-Yo te aconsejo que dejes a Isabella...
-Que deje a la Chibola… no puedo tío… Isabella, ya está viviendo conmigo… además quién me garantiza que Mar va a volver… nadie…
-¿Y si vuelve?...
-Ya sabes lo que voy a hacer, ¿no?...
-¿Y te has puesto a pensar si esa chibola te llega a enamorar, o sea si te enamoras de ella?… por lo que me has contado y he visto no te es indiferente…
-Allí sí cambiaría las cosas… además en mis cartas, Mar sabe de Isabella… así que no le estaría engañando a Mar, claro está, si es que me llegara a enamorar de Isabella.
-Qué complicada es tu vida, Iván… qué complicada… ya veo por dónde sacas tantas historias para tu blog… ya veo.
-Sí, muy complicada… en fin, nos vamos tío…
-Vámonos… hoy tengo que entregarle a Celinda mi último artículo…
-Pretextos tío, pretextos… puro amor, el amor…
-Ja, no me alucines mucho que ya es la hora que tu chibola te marque…
-Sí, ya es hora.

Isabella, siempre me llama después de mi almuerzo. Justo coincide con el cambio de hora de un curso que, dicho sea de paso, no le gusta mucho. En la universidad ella es muy dedicada y por ende estudiosa e inteligente. A veces en la cama hacemos la tarea juntos, ella me alucina un escritor famoso, para redactar y hacer sus preguntas. Yo me dejo entrevistar cual perrito herido, todo para que ella se explaye y llegué así a sacar sus propias conclusiones. Sabe dar atinadas preguntas y sus dardos (preguntas) llegan a ser muy atinados.

Probando, probando… ajá… ahora si…
-¿Iván, en qué año y por qué escribiste: EN LA MISMA VEREDA?
-Bueno Isabella, antes de empezar, gracias por invitarme a tu programa, me siento como en casa, nunca me habían invitado a una entrevista y mucho menos hacerla sobre una cama, en fin…
-Jajajajaja, ya pues, Iván…
-Bueno, a tus dos preguntas: la novela la escribí en el año 2005, con una disciplina homogénea: Todas las mañanas de 8 a 11 y por las tardes a corregir los borradores hechos… la escribí sin parar, casi por un año… y por qué la escribí, bueno, la idea ya la tenía hace tiempo, de escribir dos historias paralelas, la de un hombre realizado pero con conflictos internos, sobre todo, en lo sentimental; y la de un muchacho rebelde, vividor, sin preocupaciones, mujeriego, claro está, hasta que conoce a una mujer y es ahí donde empieza a cambiar su vida, producto del amor que siente por esa mujer. Y al final esas dos historias se relacionan entre sí…
-Interesante don Iván. ¿Y por qué el nombre: EN LA MISMA VEREDA?...
-Porque, aunque no lo creas Isabella, todos estamos en una misma vereda; por ejemplo: tú, ahora mismo me estás entrevistando, pero al frente, en la otra casa, puede estar el amor de tu vida… un hombre que también estudia ciencias de la comunicación y que, en el transcurso de los meses, llegas a conocerlo en una reunión de amigos y tu vida da un giro de noventa grados y te das cuenta que es el amor de tu vida… en fin… y lo más loco de todo esto es que sin pensarlo esa persona estuvo o está viviendo al frente de esta casa… no te das cuenta, no somos tan estáticos como otras personas nos hacen creer….
-Sí, es verdad… todos estamos en un mismo lugar, podemos viajar, desaparecer del mapa, pero siempre llegamos, aunque sea por unos minutos, a estar juntos…
-Eso…
-Déjame decirte que yo me identifiqué mucho con Lorena… ¿Cómo creaste a ese personaje tan rico, o sea, rico en carácter, en amor, pasión y fortaleza?
-A estas alturas, creo yo que, Lorena es la mujer que todo hombre quisiera tener a su lado… Aunque no me creas, Isabella, yo no creo los personajes, vamos, yo les pongo el nombre y ellos mismos se crean… algo que dijo el gran escritor, Mario Vargas Llosa, claro está, salvando las distancias, es que cuando un personaje ya tiene vida propia ya no lo puedes tocar, ellos solos se van construyendo. Es como si tú fueras una secretaria, en mi caso, un secretario, que sólo escribe lo que estos personajes te dictan a la mente, a la cuenta que ellos mismo te cuentan tus historias y tú sólo haces la función de escribirlas en un papel… Y Lorena, es un personaje que nunca lo toqué, ella se fue por sí sola, nunca dije vamos a hacerla más irónica, más apasionada, en fin… Lorena, es tal cual ella misma quiso ser o, bueno, en este caso, es.
-Interesante don Iván. ¿Y es verdad que uno escribe lo que le ha pasado en la vida, en tu caso cómo salen las historias, no creo que tu imaginación llegue a tanto?
-Bueno, no te voy a negar que siempre empiezo a escribir de algo que me ha pasado; pero sólo es una idea y de ahí la transformo y la convierto en novela… no hay ningún escritor que se jacte en decir que escribe de su imaginación, ¿no?... al final todos escribimos momentos de nuestras propias vidas… la idea es transformar esa realidad para convertirla en un mentira verdadera… porque basta que te haya tocado un capítulo o se haya parecido a una vivencia que hayas tenido, para que esa mentira se vuelva verdadera… así salen las historias, mis historias, de las vividas, de las que no pude vivir y de las que otros viven. Ya, de ahí se encarga la imaginación en llevar las historias por lugares insospechados…
-¿Qué interesante!... ¿Ya para terminar, habrá una segunda parte de: En La Misma Vereda?
-Yo creo que sí… estoy terminando mi tercera novela que, creo yo, será la más trabajada con un estilo ya más propio y con la vertiginosidad que me caracteriza… sobre todo, en los diálogos… pero que hay segunda parte, eso sí lo puedo firmar donde sea…
-Me alegro por eso, don Iván…
-¿Por ejemplo, como sería un encuentro entre Felipe y Lorena después de cinco años? E igual, ¿Cómo sería un encuentro entre Sebastián y Sara?... nunca se supo cómo terminaron, o mejor dicho la forma cómo se terminó la relación entre ellos… y así, en fin… tantas cosas…
-¿Y vas a publicar la novela en tu blog?...
-Sí, yo creo que sí… ahí están publicadas mis dos novelas… mmmm yo creo que sí, la segunda parte de la misma vereda también estará ahí, en el blog… tú sabes publicar en un blog es otra cosa, es otro feeling…
-Bueno don Iván, gracias y esperemos más artículos y novelas que tengan su sello… ha sido un placer y gracias por su valioso tiempo…
-No, qué ocurrencia, Isabella… estoy para servirte.

Bien Isabella, estuviste muy bien. Gracias mi amor, no sabes me muero por escuchar la grabación… eso será mi final y al fin libre de ese curso. No te preocupes todo te va a salir bien, pero ahora que ya estamos en la cama aprovechemos en hacer el amor. Claro, déjame bañarme. Y por qué no nos bañamos juntos. Normal, pero ojo Iván yo me baño con agua fría, bueno, qué me queda, aguantaré, vamos, sí vamos…
(Grande, Bacilos...)


(Otra de Bacilos)

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